Sin duda, si le gusta el té helado, sentirá curiosidad por conocer su historia. Según el blog de Grupo Pampas, la iniciativa de tomar té comenzó en la época de la prehistoria. Sin embrago, fue a principios del siglo XIX en donde el té helado se popularizó y se comenzó a servir con el nombre de Ponche de Té.
Muchos de estos ponches tenían nombres distintivos para que sus seguidores pudieran reconocerlos y pedirlos. Una cosa que llama la atención es el hecho de que, al contrario de lo que se podría suponer dado su potente sabor, el tipo de té utilizado para producir estos ponches era el té verde.
La primera receta de té helado de la que se tiene constancia data de 1879 y se diferenciaba de la bebida habitual en que llevaba azúcar. A partir de 1900, el té negro sustituyó al té verde como principal ingrediente de los ponches, que acabaron por desaparecer. Evidentemente, este último era menos caro. La cantidad de alcohol en la bebida se redujo, lo cual fue otra modificación que empezó a producirse gradualmente.
En la Exposición Mundial de San Luis de 1904 hacía tanto calor que Richard Blechynden, propietario de una plantación de té, tuvo la brillante idea de vender su té con cubitos de hielo para mantener frescos a sus clientes y turistas. El ilustre Ice Tea se creó gracias a este sencillo concepto.
La idea creativa de servir el té tuvo un enorme éxito y en la actualidad lo sigue teniendo. Según las estadísticas, más del 80% del té que se bebe ahora mismo en Estados Unidos es helado.

¿Cómo se puede preparar una sabrosa receta de té helado?
Tiene su propia ciencia y sus propias técnicas para que quede perfecto, como todo lo demás. Recomendaciones:
- No deje que su té helado repose durante más de 24 horas.
- Especialmente escoja un té de excelente calidad en hebras.
- Es preferible que sea té negro o verde.
- Después de preparar el té como lo haría normalmente, es mejor dejarlo enfriar a temperatura ambiente antes de añadir el hielo para evitar que el té adquiera un color poco atractivo o un sabor algo agrio.
